26 Jul 2024

A vueltas con la Digitalización de empresas

Que la tan traída como llevada Digitalización está aquí, y que ha llegado para quedarse es un hecho a estas alturas incuestionable. Como lo es, que una gran parte de nuestro empresariado, particularmente los pequeños y medianos se niega a asumirlo, como si el mirar hacia otro lado fuera la solución, o al menos atenuase el problema.

Que la Digitalización aporta bondades a la gestión de las empresas es absolutamente cierto.

• Aumento de la productividad.
• Reducción de costes y tiempos.
• Ampliación de tus oportunidades de negocio.
• Valor añadido frente la competencia.
• Acceso a la información y capacidad de análisis.
• Reducción de los tiempos de respuesta.
• Atracción y retención del talento.

Pero para acceder a tales beneficios, se hace preciso al afrontar ese proceso previa cuidadosa reflexión y planificación de ese proceso para la consecución de los objetivos planteados.

Ahora bien, a mi modesto juicio cabe llamar la atención sobre un detalle en absoluto menor. La Digitalización en modo alguno es una necesidad u obligación más; en el sentido de que no ha surgido de forma espontánea. En absoluto; la Digitalización obedece a la imposición por parte de la Administración, mediante el dictado ad hoc de una serie de normas de obligado cumplimiento de manera que suponen medio, otro más, de control por parte de la Administración, particularmente de la Tributaria. A través del cual, se pretende agilizar, profundizar y automatizar en tiempo real en el conocimiento y seguimiento en cuanto a la cumplimentación de las diferentes obligaciones tributarias de empresas y profesionales.

Este proceder por parte de la Administración, enmascarado a modo de fásmido en fines sin duda más loables, encubre dar rienda suelta a la ya tan tradicional voracidad recaudatoria, y generará a nuestro juicio de manera totalmente deliberada indefensión del contribuyente. Este objetivo, repito, a nuestro juicio queda patente en la tan ambigua redacción de la amplia como dispersa normativa afecta, y por tanto esa ambigüedad pretendida será a futuro un problema para aquellos quienes no presten el celo debido.


Por tanto, la Digitalización como fenómeno, obedece a necesidades pertenecientes al ámbito Tributario, y se corresponde con necesidades fundamentalmente recaudatorias. Más en estos días, donde hemos tenido conocimiento del verdadero fiasco que ha supuesto la recaudación relativa al IRPF correspondiente al ejercicio 2023, y su caída con respecto al ejercicio inmediatamente anterior.


La digitalización de empresas y profesionales, hacen imprescindible por tanto el concurso de los profesionales competentes en el asesoramiento contable, tributario y mercantil, puesto que, de lo riguroso, metódico del procedimiento administrativo, de su tratamiento y su completitud dependerá la viabilidad de futuras posibles acciones defensivas.


En definitiva, esta denominada Digitalización, habrá de suponer en la práctica, un verdadero tamiz, por cuanto vamos a ver salvo intervención divina, como va a desaparecer un porcentaje nada despreciable del empresariado, particularmente pequeño y mediano de este país; mientras que la Administración ya descuenta en este escenario con un incremento de la recaudación en concepto de IVA de nada menos que un 50%.

Así que señores, disfruten mientras puedan.

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