Embargos: lo que debes saber sobre esta medida legal
Los embargos, una herramienta legal para garantizar el cumplimiento de deudas u obligaciones mediante la venta de bienes del deudor, son una realidad a la que algunos individuos y empresas se enfrentan. En esta entrada de blog, explicaremos quiénes tienen el poder de embargar, cuándo puede ocurrir este proceso, y qué tipos de bienes pueden estar en riesgo.
Embargos: tipos y quién puede llevarlo a cabo
Existen dos tipos principales de embargos: los judiciales y los administrativos. Los embargos judiciales requieren la orden de un juez y suelen ser utilizados por empresas, entidades financieras y otros acreedores. Por otro lado, las Administraciones Públicas, como Hacienda o la Seguridad Social, tienen la capacidad de realizar embargos administrativos sin necesidad de una orden judicial previa.
Cuándo sucede un embargo
Los embargos judiciales tienen dos etapas clave: primero, la sentencia debe adquirir firmeza en un plazo de 20 días hábiles, y luego, tras 20 días hábiles adicionales, el embargo puede llevarse a cabo. En el caso de embargos administrativos, el proceso comienza una vez que ha transcurrido el período voluntario de pago y el plazo establecido por la ley para abonar las deudas en el período de apremio.
Qué se puede embargar
Además de la distinción entre embargos judiciales y administrativos, los embargos pueden ser preventivos o ejecutivos. El embargo preventivo es una medida cautelar para garantizar el cumplimiento de una sentencia futura y no priva al deudor de sus bienes de manera definitiva. En contraste, el embargo ejecutivo ocurre después de la sentencia y puede resultar en la pérdida permanente de bienes.
La variedad de bienes que pueden estar sujetos a embargo incluye dinero en efectivo, créditos, sueldos, bienes inmuebles, entre otros. Sin embargo, ciertos bienes se consideran inembargables, como los animales de compañía, bienes inalienables, derechos accesorios no vendibles por separado, bienes sin valor patrimonial y otros definidos como inembargables por la ley.
Detener un embargo
Hay varias soluciones para detener o evitar un embargo, como pagar la deuda que originó el proceso o presentar oposición legal. Además, la Ley de la Segunda Oportunidad ofrece una vía para cancelar total o parcialmente las deudas, lo que también puede paralizar y evitar los embargos. Esta ley prohíbe iniciar nuevos embargos y suspende los embargos en curso desde el momento en que se presenta una solicitud bajo sus términos. Si te enfrentas a embargos o dificultades financieras, considera explorar la Ley de la Segunda Oportunidad y sus beneficios potenciales.
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